martes, 10 de abril de 2012

Sólo son 26 kilometros que desviarán, por qué tanto escandalo???

Rio Rancheria - La guajira Colombia
Por: Vicenta Maria Siosi, Wayuu Apushana.
Una de las cosas a las que nunca renunciaría es a la de ver a un amigo feliz, porque seré dos veces feliz, por mi amigo y por mí. De la misma forma será mi dolor. Y lo será porque con todos mis amigos y amigas compartimos los mismos intereses, los mismos amigos y hasta el mismo territorio. Nos une un pasado común, nos inspiran los mismos elementos, nos separan y nos unen las mismas diferencias y coincidencias. Pienso en todo caso que estoy rodeada de amigos perfectos, tan perfectos como cada elemento que el creador puso en su sitio, nunca cambiaria a un amigo de su sitio ni lo sustituiría por otro mejor amigo, nunca lo rodaría de lugar, jamás. Me da mucha alegría cuando voy al Paraíso, mi ranchería, y veo que el molino no lo han rodado, que el molino está ahí. La acequia donde me bañaba con mis primas sigue ahí, intacta, cristalina, bella, tampoco ha cambiado de lugar y creo que mis pasos de niña siguen ahí, mis huellas de doncella están ahí, de la misma forma el eco de mi risa y todo aquellos que me permitió tener una infancia feliz: cerezas, pichiguelos, iguarayas, y agua, mucha agua, el agua también es mi amiga. No me cuesta mucho suponer que la infancia de Vicenta Siosi Pino, wayuu Apushana de Pancho (Manaure) no difiere mucho de la mía. Se le ilumina el rostro cuando dice que en invierno el rio ranchería se extiende como el Nilo, que sacan de nuevo los cayucos y es como estar en Venecia y los niños heredan los juegos acuáticos que ella jugó en Pancho en esos inviernos que prolongaban el encierro de las doncellas. Mientras escribo estas líneas en mi cabeza se escuchan risas de niños y de niñas, trotes de piececitos y chapaleos en agua, Vicenta al igual que muchos Wayuu quiere que los niños de Pancho y de toda La Guajira sigan jugando en ese rio que permite tener una infancia feliz porque el recibe en época de verano los peces del mar, y por ende una seguridad alimentaria que el gobierno departamental ni poniéndole nombre en wayuunaiki, y sin pedirnos permiso para utilizar esos términos (ver Guajira sin jamushiri) ha logrado cristalizar, la verdad sea dicho: “Mas nos ha dado el Río Ranchería”. Por estas poderosas razones Digamos NO a la desviación del rio Ranchería. Por eso tanto escandalo, porque nuestros hijos y sobrinos se privarían de ver las primavera y los inviernos como nuestras madres, abuelas y nosotras los vimos. Porque en vez de pichiguelos recogerían petalos de carbón y sus rostros claniles se humedecerian con el tibio rocio del óxido. Entonces la única primavera que verán será la del carbón.

2 comentarios:

  1. Tenemos que defender nuestro territorio, nuestra naturaleza, no podemos permitir que por la sed de dinero nos dejen sin nuestros patrimonios culturales, la herencia que nos dejaron nuestros abuelos, y la herencia que le dejaremos a nuestros hijos! No Es justo!!

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  2. Siempre hay que defender lo que es de uno!!

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